martes, 28 de julio de 2015

“¡Aquí me van a tener hasta el 2018!”


Miguel y Michelle Herrera. Mexsport

Primer acto. El ahora ex director técnico de la Selección Mexicana de Futbol, Miguel Herrera, recibía fuertes críticas por parte de aficionados y periodistas sobre el desempeño de los suyos en la pasada Copa América y en la primera fase de la Copa Oro.

Segundo acto. El Piojo arremete contra Christian Martinoli, comentarista deportivo y punzante crítico del “Pablo Marmol” futbolero. El estratega le arremetió diciéndole “pendejo” y advirtiéndole que esperaba encontrarlo personalmente para “arreglar diferencias”.

Tercer acto. El llamado Tri –antes liderado por Alex Lora, pues 50 años de hacer la misma música no le bastaron al roquero para mantener el nombre público de su banda “rockan-culera” –, se hace de la “Copa Robo”, precisamente así: con una versión elegante del hampa encabezada por la “ConCACAf”, quien evidentemente puso un ¡árbitro vendiiidooooo!

Acto Pilón. Al regreso de semejante “proeza”, imágenes difundidas por la cadena Univisión muestran parte de la agresión física y verbal de la que Martinoli fue objeto de manos del amigo de Pedro Picapiedra y de su hija, Mishelle Herrera "#LadyPioja" (que no es Bam Bam, aunque parece), distinguida defensora de su santo padre y compinches. El periodista, acompañado por Luis García, también comentarista de TV Azteca, condenaron los cachetadones y manotazos recibidos por la familia Herrera en pleno aeropuerto de Filadelfia.

En otro acto de mediana coherencia y efímera justicia, La Federación Mexicana de Futbol (FMF) anuncia a través de su presidente electo, Decio de María (otro hampón), que el “marketinero” Herrera se va a freír espárragos y dejaría así “despiojada” a la Decepción Mexicana, después del desplante del timonel contra el conductor.

Televisa, dueña plenipotenciaria del monigote Herrera y también de la Femexfut, no podrá transmitir esta telenovela como parte de su barra vespertina del Canal de las Estrellas. Este melodrama sirve más para quienes siempre estamos (y estaremos) chingando en contra del perruno mercantilismo pambolero y la mediocridad andante de quienes integran y representan este hermoso deporte en México.

"Deseamos hacer del futbol nacional un espectáculo sano y constructivo. Nuestra selección nacional debe ser un ejemplo para las nuevas generaciones”, justificó sin morderse la lengua Decio de Maria, a quien presumimos como el hermano perdido de Pedro Armendáriz. Al pronunciar estas enternecedoras palabras, el corrupto cabeza de la FMF nos atisba una patada en los cojones a quienes decimos que hace falta más que eso para desfragmentar la estructura mafiosa que ahí se encuentra enquistada, cual espinilla de adolescente precoz.

Falta quitar las manos puercas de las televisoras en el futbol; falta bajar los sueldos propios de un presidente o jefe de Estado (que no de México) a toda la bola jugadores, cuerpo técnico y directivos de la Selección Mexicana; falta regular los patrocinios y la publicidad rampante que negocian estas figuras públicas que están en todo, menos en concentración; falta combatir la corrupción en clubes e instituciones deportivas; pero sobre todo, falta que nos demos cuenta como televidentes que jugamos un papel relevante, tanto o más que quienes dicen representar a México en el futbol. Es probable que el día en que dejemos de ver a esos 11 verdes mediocres (no los del Partido político, esos son más) correteando el balón, entenderán ellos que si no nos ofrecen un espectáculo de calidad y digno de un país que invierte en ellos millones de pesos, no obtendrán nuestro tiempo ni nuestro dinero. 
Jonathan dos Santos. Twitter

Giovani y Jonathan dos Santos aplaudieron la cavernaria conducta de quien hasta ese momento seguía siendo su entrenador: lo llamaron “grande”; evidentemente, Pablo Marmol es todo menos eso. Los seleccionados unieron fuerzas en contra de sus “perros” críticos, quienes no tardamos en “ladrar”, como uno de ellos predijo. Por si fuera poco, los juniors del deporte de las patadas publicaron fotos en donde posan con la Copa Robo y empinándose un buen trago de alcohol, digno de cualquier padrote. Si a esto agregamos que el resto de los seleccionados hicieron poco o nada para evitar la agresión del Piojo a Martinoli, pues bien podríamos quitar a estos “soñados” de sus laureles y meterlos a las clases de formación cívica y ética que siguen impartiendo en mi secundaria.

Fue indignante "verganar" a los verdes la Copa Oro. Pensé que si tuviera hijos y me preguntaran sobre el hecho, tendría que mentirles; o decirles que en México se premia la trampa y el engaño, que se aplaude la violencia, que se apapacha la indisciplina, que se esconde la ignorancia, que se vanagloria la corrupción y que se permite la impunidad. Por eso no es sorpresa que el Tri represente eso: parte de la idiosincrasia mexicana, esa que un día volvió héroe nacional a un ídolo de porra y que al día siguiente lo desechó, como a tantos otros.  

“Me van a tener aquí hasta el 2018”, sentenció hace unos meses Miguel Herrera, iracundo por las críticas y retador ante sus detractores.

“Por andar de hocicón”, diría mi madre.  



Decio de Maria, presidente de la FMF. Milenio




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